• Con "Chatarrín" educan de forma saludable a los peques en Olmué

    Los dulces, las calorías y comida chatarra son algunos de los elementos que tenemos que alejar de nuestras costumbres para poder tener una vida saludable, sin embargo, no es tan fácil como quisiéramos. El poco tiempo y la instananeidad a la que estamos acostumbrados, nos juegan en contra.

    Sin embargo, si desde la cuna acostumbramos a nuestros niños a hacer sutiles modificaciones, a futuro podemos lograr grandes cambios y es a lo que aspiran en el Jardín Infantil Blanca Nieves de Olmué.

    Ahí, como una manera de fomentar la vida saludable que crearon "Chatarrín" que recibe todo lo que quisiéramos mantener bien alejados de nuestros niños, sobre todo en la primera infancia.

    NO A LOS DULCES

    Antonella Castagnino es la directora del establecimiento que ya tiene casi 36 años y que tiene impregnado un sello de vida saludable.

    "Este sello nace como necesidad de hacer la diferencia en esta comuna donde vimos que era muy necesario mejorar la calidad de vida de los niños. Trabajamos en conjunto con el Cesfam con programas como el Vida Sana y el Promos, promoviendo siempre el estilo de vida saludable", señaló.

    Pero ¿qué faltaba para generar impacto?. Antonella Castagnino asegura que el trabajo con los niños se estaba haciendo y bien, pero el problema muchas veces lo tenían con los papás.

    "Ellos traen dulces muchas veces por un tema de compensación, de pronto no quieren venir y los papás les ofrecen dulces para convencerlos o como premios. Acá le damos toda la alimentación que el niño necesita en el día, con el aporte calórico necesario y no es recomendable que reciban otro tipo de colaciones", sostuvo la tía.

    Nueva dinámica

    Si bien, el año pasado ya habían tratado con un modelo de "Chatarrín", no les funcionó mucho la idea. Era grande y los niños no dejaban los dulces de buena gana, pero este año cambiaron la estrategia: el nuevo "Chatarrín" fue confeccionado a su propia altura y a cambio reciben fruta.

    "Nos ha resultado mucho mejor, hay todo una dinámica porque el niño deposita su dulce y Margarita, que es la Auxiliar de Servicio que los recibe, les entrega una fruta y entran a la sala más calmados y luego se olvidan del dulce", dijo la docente.

    Frutillas, mandarinas, plátanos o cualquier fruta de la estación se le entrega a los niños que parten felices a su sala con el cambio y ya hay niños que llegan solos directamente a dejar la golosina.

    "Con los papás ha resultado bastante bien, estamos cambiando de a poquito la mentalidad. Los cumpleaños se celebran con una colación saludable, estamos tratando de transmitir que los niños no necesitan golosinas, muchas veces necesitan un abrazo, un beso, tiempo y dedicación", sostuvo.

    Dejaron el llanto

    Ya han notado cambios, los niños ya no lloran cuando dejan su chocolate, le cuentan a sus papás que si llevan un dulce al jardín lo tienen que dejar para poder entrar y luego esta golosina es devuelta a los padres, como una forma de endosarles la responsabilidad.

    Margarita Galarce es la asistente que recibe a los niños cada mañana. Ella es la "autora intelectual" de este "Chatarrín" 2.0 y quien ha visto el avance en el actuar de los pequeños.

    Con su bandeja llena de ricas y frescas frutas recibe al centenar de niños que acuden al Jardín "Blanca Nieves".

    "Los niños ingresan con mucha chatarra, pero yo veo que el problema lo tienen más los papás que los niños. Cuando les devolvemos el dulce me dicen 'pucha tía se lo di porque si no, no viene al jardín' y yo les digo que hay otras formas, siempre hay excusas, pero esta semana, un solo niño llegó con dulces y ahora llegan niños derechito a pedirme fruta", señaló la tía.

    Ahora están recolectando botellitas mini para darles a la salida agua cocida con sabor para evitar pasar a los negocios a comprar bebidas.

    Los apoderados valoran la iniciativa de las educadoras y saben que, aunque pueden demorar, los cambios son positivos.

    "Cada pequeño paso que se da es un logro. Los niños de a poco han ido dejando su colación en el "Chatarrín", ya entienden su función. Por otra parte, el jardín en cada actividad les da aguas saborizadas con frutas para que ellos vayan asumiendo que eso es lo que se toma, no la bebida o la típica cajita de jugo. Aunque sean pequeños cambios, suman y a la larga se va a notar. No es imposible", dijo Enzo Mandujano, presidente del centro de padres. J