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Sánchez concreta su plan de hornos solidarios para La Ligua
90 kilos de pan en promedio al año consume cada chileno, según cifras de la Federación Chilena de Industriales Panaderos (FECHIPAN), lo que a nivel mundial solo nos sitúa por debajo de Turquía, con 104. Es así como este alimento se ha vuelto un infaltable en la mayor parte de las mesas nacionales y que no esté disponible a la hora de la 'once' o el desayuno constituye casi un sacrilegio.
Lamentablemente, con las desastrosas consecuencias económicas que ha generado la pandemia de COVID-19 en las familias, hoy en muchos hogares peligra la posibilidad de llevarse al menos un trozo de pan a la boca. Sin dinero no hay pan batido, ni hallulla, ni coliza, ni dobladita, ni nada que se le parezca. Solo queda la solitaria taza de té o café sobre la mesa.
En vista del complejo momento económico que vive la mayoría de los habitantes del país y la posibilidad cierta de pasar hambre si la pandemia no da tregua, en La Ligua se convencieron que la clave pasaba por asociarse y girar la mirada al pasado, cuando nuestros padres y abuelos preparaban su propio pan. De este modo, con recursos municipales y el apoyo de organizaciones y clubes deportivos comenzó la construcción de los denominados hornos comunitarios.
Los dos primeros ya se levantaron en el interior del Conjunto Habitacional Jacinto Escudero del sector El Peumo, donde una cuadrilla de trabajadores municipales construyó la estructura de metal y ladrillos. Un tercer horno está a punto de comenzar su construcción en el sector costero de Los Molles, con el apoyo del Club Deportivo Brusan, el que estará ubicado en el interior de las dependencias de esta agrupación.
El igual que en El Peumo, en Los Molles esta iniciativa ha sido bien recibida, ya que a raíz de la nula llegada de visitantes las actividades económicas han desaparecido y, con eso, el dinero del bolsillo de sus habitantes.
"Por el tema de la pandemia ha disminuido bastante el trabajo acá, porque principalmente se vive del arriendo y de la venta de empanadas y los restaurantes, que dan trabajo a la misma gente de acá. También sale el pescador a la mar, pero tampoco tiene a quien vender aquí, porque los restaurantes están cerrados", señalan.
Pan para todos
Esta iniciativa tiene como objetivo dotar a los habitantes de distintos sectores de La Ligua de las condiciones necesarias para elaborar y distribuir el pan. Se busca que los propios habitantes afectados económicamente por la pandemia se unan a través de sus organizaciones comunitarias o clubes deportivos y pidan la construcción de los hornos necesarios. El municipio, además, hará la entrega de un quintal de harina, lo que será complementado con los insumos que aporten los vecinos, quienes luego harán la repartición gratuito del alimento en su comunidad.
Desde el municipio, el alcalde Rodrigo Sánchez sigue atento el entusiasmo que han manifestado los habitantes de las comunidades por la construcción de estos hornos y apuesta a que, además de que desde ellos emerja pan y otros alimentos posibles de elaborar en éstos, también se confirme la necesidad de trabajar de forma colaborativa.
"Se ha estado despertando un espíritu solidario en la gente y eso es bueno, porque ya estábamos muy acostumbrados al individualismo. En buena hora que la gente entendió que somos una sociedad y tenemos que actuar en forma solidaria, y que sí nos interesa lo que le pase al de al lado", comenta el jefe comunal.
Si bien esta iniciativa ya es llamativa por sí sola, podría dar más de qué hablar a futuro, ya que desde el municipio esperan que el hecho de los propios vecinos realicen la labor de amasar, pueda despertar en algunos de ellos la intención de iniciar un emprendimiento en esa área cuando la pandemia se haya ido. En ese sentido, indica Sánchez, "aspiramos también a capacitarles, desarrollando alguna propuestas online, que generen otros conocimientos".
Huertas comunitarias
Siguiendo en la búsqueda de formas creativas para hacer frente a la pandemia, el propio Sánchez adelanta a La Estrella que ya pretenden comenzar con una nueva iniciativa en la misma línea. Esta vez se trata de la modalidad de huertas comunitarias, donde se apoyará a los habitantes de distintos sectores -en especial a la mujeres- para que puedan sembrar en espacios comunes diferentes hortalizas de uso habitual en la cocina. Estas estarán destinadas al consumo de quienes viven en la localidad donde se emplacen y, si existen excedentes y así lo deciden los vecinos, estos se puedan comercializar en otros lugares. J