Acomienzos de año, desesperados por la falta de agua, los vecinos que forman parte del Comité de Agua Potable Rural San José se tomaron un pozo de la Dirección General de Aguas, ubicado en el lecho del río La Ligua, el que finalmente -junto a un segundo pozo- fue entregado a los habitantes. Junto con eso, desde la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) y la gobernación de Petorca establecieron un compromiso para lograr la habitación de una de estas fuentes de agua.

En aquella ocasión, eso fue confirmado desde la propia Seremi de Obras Públicas a nuestro medio de comunicación, señalando que "por nuestra parte entregamos a la Gobernación el proyecto de habilitación del pozo que dio 2 litros por segundo y será la Gobernación de Petorca quien habilitará este pozo". Aquel compromiso también quedó refrendado tras una visita de María Paz Santelices al lugar, lo cual quedó registrado con algunas fotografías en las propias redes sociales de la Gobernación el pasado 24 de enero.

Pese a que todo parecía ir viento en popa, seis meses después los habitantes de la APR denuncian que todo quedó en promesas incumplidas. El malestar es generalizado entre los vecinos, comenta la presidenta del comité, Verónica Vilches, ya que fue "todo falso, fue todo mentira, no volvieron nunca más. La DOH cumplió con el rol de hacer el proyecto para habilitarlo, cumplió con todo, la municipalidad cumplió con el documento de entregarnos a la APR los 400 metros para habilitarlo, pero la gobernadora nada. Nunca más la vimos", asegura.

A esta incertidumbre por saber si el pozo será habilitado finalmente, se suma el hecho de que la cantidad de agua que se les reparte en camiones aljibe no es suficiente para sus necesidades diarias, añade la dirigenta. Aquí, asegura, habría una discordancia evidente entre la información emanada desde las fichas Básicas de Emergencia (FIBE) aplicadas en el sector.

De acuerdo a lo señalado por Vilches, una población de mil habitantes sería parte y haría uso del recurso hídrico de la APR. No obstante, desde el municipio señalan que la cifra es mucho menor que la mitad: "Según ficha FIBE, aplicada por la Dirección de Desarrollo Comunitario, San José tiene una población de 398 personas. Si se multiplica 398 por los 50 litros diarios que la Subdere y que Onemi notifica que hay que entregar por persona, eso me da 19.900 litros y nosotros les entregamos 20 mil", indica Jimena Valenzuela, encargada de Emergencia de la municipalidad de Cabildo, quien -en conversación con La Estrella- instó a los vecinos a ponerse en contacto con el municipio para revisar la diferencia en el número.

Hay que elegir"

Aunque de forma permanente desde el Gobierno central se recomienda a la población lavarse constantemente las manos con agua corriente para evitar el contagio de COVID-19, existen lugares como esta APR cabildana donde aquello simplemente no es posible. En ese sentido, con los 20 litros por persona que Vilches asegura se recibe por persona, "hay que elegir, si los va a usar para bañarse o la junta para lavar la ropa o para cocinar o tomar. Por ejemplo, yo trato de juntar agua y lavo la ropa cada 15 días. Hay que lavarse las manos y ahí dejamos el agua del enjuague", lamenta la dirigenta. J

En el sector del cruce Lo Venecia, en el límite entre Quillota y Limache, existen cerca de diez familias que viven en un sector ribereño, y que desde hace varios años vienen padeciendo una situación provocada por gente que llega de otros sectores: botan basura en el río, todo tipo de desperdicios, y hasta ahora nadie ha solucionado el tema.

Así lo explica uno de los vecinos que mantiene su propiedad en el lugar, Rubén Valenzuela, quien dice que "yo llevo viviendo aquí más de diez años, y hay otros vecinos que llevan más tiempo y siempre ha existido este problema, gente que viene a botar basura al río, al cauce del río, y de esta manera se está contaminando el agua. Aquí hay casas y parcelas y esto nos afecta mucho".

"Hasta un incendio se provocó hace un tiempo con toda la basura que se acumula en un punto del río, se quemó todo lo que había, y después siguieron viniendo a botar cosas al mismo lugar", acusa Valenzuela, quien además lamenta que se sienten solos en esta lucha.

Sin solución

"Nosotros mismos nos tenemos que dar a la tarea de espantar a los que vienen a botar basura, cuando los sorprendemos. Les decimos: usted no puede botar basura acá, si esto no es un patio trasero. Les mentimos además, les decimos que hay una demanda contra todo aquel que bote desperdicios, que estamos autorizados a sacarles fotos y que se van a meter en un problema; para meterles miedo... pero usted sabe cómo es la gente", comenta Valenzuela, sobre los vanos intentos que realizan por ahuyentar a los intrusos.

Ni los dos letreros que dicen "Prohibido botar basura" han surtido efecto. Tampoco recurrir a organismos públicos, ya que según asegura Rubén Valenzuela, "yo mandé un correo al Departamento de Medio Ambiente del municipio de Quillota, porque nosotros pertenecemos a Quillota, hasta fotos envié para que vieran que tenemos focos infecciosos, ratones. También conversé con el encargado del retén de San Pedro, y me dijo que también habían sacado y mandado fotos al municipio".

La única respuesta que recibieron del municipio fue en 2018, cuando se instaló señalética. J

La Estrella se contactó con el área de comunicaciones de la gobernación de Petorca para conocer el motivo por el cual aún no ha sido posible habilitar el nuevo pozo, sin embargo, hasta el cierre de esta edición no fue posible obtener una respuesta.