• Rescatista fue al desierto de Atacama a buscar 14 cachorros desamparados

    Andrea Vargas tuvo que abandonar la propiedad que habitaba en El Melón junto a una cantidad indeterminada de perros, y ahora se reparte entre Nogales y Reñaca. Sin embargo, estos vaivenes no disminuyen en nada su espíritu animalista, su amor por los canes abandonados o en desgracia, los que suele rescatar en muchos lados, incluso en lugares muy alejados.

    De hecho, la última aventura que emprendió esta mujer junto a su familia, y arriba de su furgón año 98, fue en la región de Antofagasta, ya que otras personas que se dedican al rescate de animales le dieron un dato que la alertó y la motivó a ir a ayudar.

    "Fue en el sector de Aguas Verdes, como dos horas antes de llegar a Antofagasta. Allí en pleno desierto, cerca de un retén de Carabineros, había unos perritos abandonados. Nos dijeron que es una perra que parió ahí y lo ha hecho varias veces. Tomamos algunos de estos cachorros después de ir a comprarles comida a Tal Tal. La mamá se arrancó, y al seguirla encontramos un hoyo en medio de unos matorrales; era una especie de cueva donde también había perritos paridos hace poco. Sacamos siete guaguas pero nos quedaron dos", relata Andrea.

    Tiene dos socias

    En definitiva, entre cachorros pequeñitos y otros más grandes, esta familia se trajo 14 animalitos, aunque esta rescatista dice que "yo me quedé con las más chicos y los otros se los dejé a Camila Marzuela, una etóloga con la que trabajamos en conjunto, ella es de la zona de Melipilla. Con ella nos contactamos con una ONG internacional que busca estos perritos rescatados y los dan en adopción a familias en el extranjero. Usted sabe que ese es el objetivo que tenemos para los perritos que rescatamos, y los que tienen problemas de conducta los trata Camila, yo se los llevo al refugio que tiene, y así nos conocimos. Para este viaje que hicimos al norte por ejemplo, nos ponemos de acuerdo, vemos cuánto sale, juntamos las lucas".

    Todos los kilómetros que recorrió Andrea junto a su familia fueron a bordo de su fiel furgón especialmente acondicionado con muchas jaulas. En el norte contaron con la ayuda de otra amante de los perros que los llevó al lugar y les contó la situación de estos animales en ese desértico paraje.

    "Ella se llama Camila Olazo y no encontró ayuda de nadie en esa zona, ni de los municipios, ni de ningún organismo; por eso nos contactó y así fue que nos trasladamosy trajimos estos perritos", explica Andrea Vargas mientras lleva al veterinario a Chocolate, un can que recogió hace un tiempo en Tabolango.

    Es que así reparte su tiempo Andrea Vargas, va a muchas partes a recoger animales que estén abandonados, los cuida, les consigue alimentación, los lleva a controles veterinarios, y después busca el acercamiento a la organización Holmet Pet Chile, que forma parte de una ONG a nivel internacional. Ellos ya conocen a Andrea, ella les ofrece algunos de los perros que rescata y mantiene.

    Son animalitos que muchas veces tienen heridas, malnutrición o enfermedades. Esta melonina se esmera y se toma tiempo en recuperar a estos perros, y si bien la mayoría se terminan transformando en sus mascotas, algunos de ellos sí logra darlos en adopción a familias acomodadas de Santiago, o al extranjero, sobre todo a Canadá.

    En esos casos, ella misma los va a dejar al aeropuerto de Santiago, para que el personal de la ONG respectiva los lleve con sus nuevas familias.

    TAMBIÉN FUE AL SUR

    Pero Andrea Vargas no solo fue al norte hace unos días para rescatar a los cachorros que encontró, también fue al sur hace un tiempo.

    "Fuimos a buscar a unos golden a Calbuco, porque el dueño de esos perritos se fue al extranjero y dejó con un amigo sus mascotas, pero esa persona los regaló. Fuimos, dimos con el paradero de esos perritos y los pudimos traer", cuenta esta rescatista, que agrega que "al llamado de distintas agrupaciones, hemos ido a Temuco. Una vez cuando veníamos de vuelta, subimos a otros más en la carretera y una perrita parió arriba del furgón".

    Un vehículo acondicionado con el que va a todos lados a rescatar perritos, y que junto a su familia, la apaña en estas aventuras de amor animal. J

  • se entera de los que emigraron

    Hace unos meses, Andrea Vargas nos contó sobre el Rucio, un perro con solo tres patas que rescató en El Melón, y que después de muchos cuidados fue adoptado por una familia de Canadá. La rescatista contó que el afortunado can vive feliz en su nueva casa y país. Le mandaron unos videos de él corriendo en la nieve y jugando feliz con sus nuevos amos. "Él está muy bien allá, al igual que otros que hemos mandado. Esperamos enviar otros más", dice Andrea.