• "FIU": la mascota oficial de los Juegos Panamericanos 2023

    Ad portas de la cuenta regresiva del evento internacional deportivo del año, nuestro país se prepara para recibir a delegaciones, atletas, autoridades y medios de comunicación. Todo entre el 20 de octubre y el 9 de noviembre, con la participación de 41 países del continente.

    Entre tanta fanfarria y logística, llama la atención un detalle encantador: designada para estos Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023, la mascota oficial escogida ofrece la diversidad de coloridos propios de nuestra América. Esa tan extensa y folclórica.

    Hablamos del "FIU", como se la ha llamado, que seduce y atrapa por igual. Si vamos a lo técnico, se trata del Siete Colores (tachuris rubrigastra), un ave del orden passeriformes (pájaros) y perteneciente a la familia tyrannidae. Es decir, a los cazamoscas sudamericanos, que posee cuatro subespecies y se distribuye en Perú, Bolivia, Brasil, Uruguay, Chile y Argentina.

    Precisamente allí está el atractivo de su gancho publicitario: se dispersan en varios de los países participantes en estos Panamericanos y Parapanamericanos, que está siendo presentada a nivel internacional en los medios de prensa.

    Inquieto y Movedizo

    En Chile, viven la subespecie laanensis en el río Loa y la subespecie rubigastra, desde Atacama hasta Aysén. Al detalle: este pequeño pajarillo mide 10 a 12 centímetros de longitud y es de coloración inconfundible, además de llamativo. Vive solitario o en parejas y en primavera se le puede ver en grupos familiares con sus crías.

    A simple vista es un pajarillo muy inquieto y movedizo. De esos de vuelos nerviosos, entre la vegetación de pajonales donde vive, en medio de juncos y totoras. Allí construye su nido en forma de taza, utilizando para ello trozos delgados de los pajonales. Además vuela a baja altura y solo para moverse entre los juncos y ramas con un fin: buscar insectos pequeños de los cuales se alimenta principalmente.

    También es muy territorial con los de su propia especie, aunque comparte su hábitat con otras especies como triles, chercanes, trabajador, entre otros. Se caracteriza por ser muy curioso al acercarse ejemplares de nuestra especie y resulta en ocasiones demasiado confiado…

    Vive en hábitats, tipo lagunas, y otras áreas pantanosas con orillas. De esas con abundantes pajonales compuestos por totoras y juncos, principalmente, y desde el nivel del mar hasta los mil metros de altura.

    Muchos ejemplares emigran al norte para pasar el invierno en su distribución más septentrional y regresan en primavera para reproducirse. Su nido lo hacen entre septiembre y noviembre. Para lograr un hogar más compactado, recurren a largas hojas de fragmitas húmedas hasta formar una copa.

    De las más bellas

    Como dato anecdótico a consignar, uno de los primeros registros de sus nidos data de octubre 1923 y es descrito para la laguna El Peral, con cuatro huevos en su interior.

    Respecto a su nombre, del latín rubrigastra (de vientre rojizo), se debe a que posee pico negro, una línea superciliar y partes inferiores del cuerpo amarillas. Mancha en la corona y subcaudales rojas, manto y rabadilla verde olivácea, auriculares en la cabeza negra azuladas, alas oscuras con una barra blanca, cola negra con dos plumas externas blancas, collar incompleto negro en el pecho parte baja, iris amarillo y patas negras.

    Esta especie asoma como una avecilla muy hermosa y colorida, considerada una de las más bellas de nuestro país.

    Resulta fácil de observar gracias a la gran cantidad de humedales presentes en el litoral central -provincia de San Antonio y alrededores-, siendo quizás en los humedales el lugar donde es más fácil de observarlas: Lagunas de Llolleo, Pajonales de ambas riberas del estuario y desembocadura del río Maipo; Laguna Cartagena y desembocadura del estero Cartagena, Laguna El Peral, algunos cuerpos de agua del humedal El Yali, y desembocadura del estero El Rosario en la quebrada de Córdoba, pajonales de la desembocadura del estero Tricao, esteros San Jerónimo, El Membrillo y estero Casablanca en Tunquén, Algarrobo.

    Sin embargo, en la zona central es posible aún verlo en el humedal de Batuco, en Santiago: allí se supone fue más abundante en ese valle, pero antes de que fueran secados o destruidos otras superficies de humedales y extraídas las riberas de pajonales de los ríos Mapocho y Maipo, entre otros. A su vez en la costa central es relativamente fácil verlo en los humedales de Pichilemu, pasando por Navidad, río Rapel y hasta el río Aconcagua, en Concón. J

  • Dónde verla

    El naturalista, especialista en fauna silvestre y conservador del Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio, José Luis Brito Montero, en 31 años de monitoreos y censos de aves dice que es más fácil observarlas en las lagunas de Llolleo, ambas riberas de la zona de desembocadura del río Maipo y el humedal de Cartagena y El Peral, "aunque es factible verlos en la casi totalidad de los humedales desde la laguna Cahuil hasta Tunquén".