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La historia del enorme gomero que ha sido testigo de 4 siglos
Pocas veces llegamos a estar frente a un objeto que haya visto pasar tantas personas, generaciones e historias frente a él. Son contadas aquellas ocasiones en las que uno toma conciencia de aquello que tiene a su alrededor. Aunque ignorar un inmenso árbol de casi 400 años de vida pareciera ser imposible. Pues así sucede con el gomero gigante que se ubica la población Arboleda de La Calera, que con cerca de 40 metros de altura y tres de diámetro, ha sido el punto de encuentro, ubicación y hasta diversión para decenas de generaciones caleranas.
Y más aún en la actualidad, ya que es el ícono de un conocido negocio local que atiende a cientos de personas día tras día, el cual se ubica junto a este magno árbol, por lo que cliente que se aproxima al lugar para realizar sus compras, se encuentra con él.
"Esto era de unas gringas que le vendieron a mi abuelo. Y de ahí él quedó con esta propiedad, pero decía que cuando sus papás trabajaban aquí, el árbol ya era de este porte", afirma Mauricio Valdivia, propietario del sitio.
Y tal como afirma, el lugar en antaño formaba parte del fundo Los Pimientos, que abarcaba gran parte de lo que hoy es la población Arboleda de Artificio, y que justamente pertenecía a dos hermanas de origen irlandés.
Ellas, según cuenta Cecilia Tapia, vecina con más de 60 años viviendo en el sector, eran de profunda fe católica, por lo que heredaron su propiedad a la iglesia, que finalmente terminó vendiéndola a los abuelos de Mauricio. Eso sí, mientras las irlandesas aún vivían, su devoción por la cristiandad se hacía notar.
Construyeron una capilla junto a la casa patronal y era normal que se celebraran diversas festividades católicas en el lugar. Y, por lo mismo, era común que curas y monjas estuvieran en los alrededores. Tanto así que durante las recientes remodelaciones que realizó Valdivia a la propiedad principal, encontró una agenda que data de 1868 y que presuntamente pertenecía a un párroco de la época.
En ella, el propietario descubrió un poema que le dedicó la autoridad católica al magno gomero. Las palabras erigen al árbol como un símbolo de devoción y majestuosidad, apodándolo como el "árbol del corazón", también por la grande.
Según los vecinos del sector de Artificio, el árbol fue plantado hace cerca de 400 años por la orden católica jesuita, quienes fueron dueños de los terrenos de La Calera desde 1628, cuando Chile aún formaba parte de la corona española.
Punto de encuentro
Para Cecilia y Mauricio, el gomero siempre ha sido un punto de encuentro de los vecinos del sector. Pues si bien antaño existían otros árboles que rodeaban el lugar, era aquel el que destacaba por sobre los demás, marcando siempre su presencia entre los residentes.
"A quien le preguntes conoce este gomero. Y es que también funciona como un punto de referencia para los vecinos que viven en todas las casas de al frente, ya sea cuando reciben un pedido o para entregar indicaciones a quienes los visitan", asegura Valdivia.
Ahora, con la urbanización que avanza rápidamente, el árbol se ha convertido en un atractivo turístico que atrapa a todos aquellos visitantes que ingresan a la comuna calerana, ya que al tener una gran altura, logra ser visto incluso desde el puente que separa el sector de Artificio del centro de la ciudad.
"Aquí con el negocio, sobre todo en el verano, pasa gente y quiere sacarse fotos con toda su familia, no tanto del tronco si no que de las ramas, puesto que cada una mide casi lo mismo que un árbol normal", afirmó el propietario del terreno.
Pero no todo termina de ser agradable, ya que al tener una considerable altura, la extensión de sus raíces abarca gran parte de la población Arboleda y más aún la casa de Mauricio, quien sufre constantemente con la rotura de sus cañerías de agua.
Eso sí, no existen registros de grandes ramas caídas, ni en antaño ni en la actualidad. Aunque las pequeñas también generan problemas, pues al estar tan cercanas a los cables de electricidad, caen y los cortan sin problema.
único en el lugar
Si bien existieron múltiples árboles en el sector que destacaban por su entereza, ninguno lo hacía como el gomero. Y es que incluso, hay uno de la misma especie plantado en el regimiento de caballería, en Quillota, pero su tamaño es al menos dos veces más pequeño que el ejemplar calerano.
Aún así, el árbol nunca ha sido declarado patrimonio natural por ninguna entidad, por lo que nada impediría cortarlo y acabar con el único ser vivo que vio el crecimiento del puerto seco provincial, y que probablemente pueda ver su fin. De igual forma, es preciso aclarar que esta idea nunca ha estado en los planes de Mauricio Valdivia, quien se aferra a su historia familiar por mantener y cuidar la reliquia viviente. J